en un vagón de metro, un día cualquiera...

/Fue ese día que te vió por vez primera, que te guardó lentamente en su retina, en su mente y de paso, intentó abrazarte a su corazón. Tú no lo viste, no reparaste en esos expresivos ojos que te observaban ni te detuviste en este extraño acontecimiento. Tal vez ibas muy concentrada en tus asuntos, tal vez la rutina había terminado por devorarte.
Él recuerda que no se le ocurría la mejor manera de empezar... si preguntarte la hora [no!, muy común, quería profundamente salirse de toda cotideaneidad], o preguntarte el nombre [demasiado atrevimiento, te daría miedo, o simplemente te alejarías, no podía permitir que lo hicieras], pensó hasta pasarte a llevar para luego disculparse [pero te veía tan frágil que el miedo a dañarte lo contuvo]. Sumido en una desesperación que no conocía, aprovechó el poco tiempo que le quedaba para observarte quietamente. Peligrosa acción!, no dominaba ese instinto de dejarse llevar por sus ansias, de llenarse de añoranzas, de paisajes no vividos. No me vas a creer pero formulabas en cada uno de ellos.

Tú estabas algo decepcionada de la vida, se notaba en tu mirada, jugabas a pleno control de tus actos con los restos de situaciones, sin esperar nada de eso ..
Había algo de tí que le encantaba, no sabía si era tu forma de enfrentar las molestias que el metro a las 7 de la tarde conlleva, tu pelo, que retirabas continuamente de tu cara e incluso tu expresión algo cansada con mucho de tí en ella. Quizá era todo.. eras la persona más hermosa, ya no habia metro, ni gente.. pero cómo no te diste cuenta!?

Sorpresibamente el metro se detuvo bruscamente, se te cayeron unos papeles que no dudó en recoger para tí, aletra de tu reacción. En un gesto casi mecánico agradeciste, sin mirarlo nuevamente y te percataste de la estación en la que ibas.. rapidamente cambiaste de andén. De todos modos tu "novio" estaría esperandote, te llevaría a comer, y la pequeña sortija yacía en su bolsillo...